viernes, agosto 24

¿Por qué a la gente buena le va mal?

Brajot 7a - 7b


El problema de que a la gente buena le vaya mal es tan viejo como la vida misma.
En marcos religiosos, el problema se hace aun más complejo, ya que textos tradicionales plantean que conforme el hombre actue bien será recompensado de manera acorde.

En la Biblia, esta crisis existencial termina implosionando con Job: ¡tan pero tan bueno que era y tan pero tan mal que le fue!

Para la época del Talmud, muchos años después de Job, la pregunta sigue sin respuesta. Incluso el texto imagina al mismísimo Moisés preguntándole a Ds por qué hay justos a los que les va bien y justos a los que le va mal, malvados a los que les va bien y malvados a los que les va mal. ¿Hay forma de encontrarle sentido a esto? ¿Tiene sentido acaso?


El Talmud pone una primera respuesta en boca de Ds, de la cual después se desdice (así es, el Talmud no tiene miedo de desdecirse al intentar poner algunas palabras en boca de Ds): El justo al que siempre le va bien es hijo de un justo, mientras que el justo al que le va mal es hijo de un malvado. En consecuencia, el justo sufriente carga con los errores de sus antepasados.

En la segunda respuesta, Ds sostiene que sólo en caso de justos absolutos y malvados absolutos sabemos con certeza que a los primeros les irá siempre bien y a los segundos siempre mal. Todo el resto, nos encontramos entre justos que a veces se equivocan y malvados que a veces hacen las cosas bien.

El Talmud viene a recordarnos que vivimos en un mundo lleno de variables que no podemos controlar. Vivimos rodeados de caos, presas por momentos del incontrolable azar. Hacer el bien no nos garantiza que a veces las cosas nos salgan al revés de como queremos. Sin embargo, lo que sí nos asegura es que al obrar correctamente reducimos un poco el riesgo, aunque nunca de manera absoluta. Por el contrario, si hacemos las cosas mal, si vivimos haciendo daño a nuestros semejantes y no nos importa nada más allá de nuestros propios intereses, lo que terminaremos por generar es un contexto propicio para que tarde o temprano suframos por nuestros errores y malas decisiones.

Justos absolutos y malvados absolutos son personajes de literatura de poca monta. En el mundo real, todo es más complejo que eso. En ese sentido, aun cuando no podemos evitar que algunas cosas nos salgan mal, no debemos dejar de seguir intentando ser la mejor versión de nosotros mismos.

6 comentarios:

  1. Si bien somos hijos de la historia que nos antecede, tiendo a pensarme como un ser nuevo que va a hacer historia.

    Y creo, como decís, que no somos justos o malvados puros así como no somos varones puros ni mujeres puras. Lo que hace que el grado de compensación sea amb iguo y complejo y esté relacionado con la prevalencia de maldad o de bondad que poseamos.

    Para complicarnos un poco más, pienso que hay mucha gente malvada porque no sabe que hace el mal. Es decir, hay maneras de hacer el mal que no son tan evidentes y que, muchas veces, hasta están disfrazadas de bondad.

    Abrazo, Rebe...

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    1. Coincido. Los modelos puros rara vez existen en la vida real. Somos una mixtura y sobre eso operamos.
      Lo que a mi me parece interesante pensar es sobre el eje de la recompensa. Creo en una teología alejada de la idea de premios y castigos en su formulación clásica, lo cual hace del pensamiento teológico liberal un desafío mayor: Ya no se apela al cumplimiento y participación corriendo a la gente con rayos que caen del cielo sino que la razón de participar tiene que girar sobre otras cosas.
      En todo caso, gracias por ser uno de los primeros en comentar este blog! :)

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  2. Siempre me gustó el “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?” que Dios le lanza a Job y que termina con su pretensión de comprender el misterio del sufrimiento o, al menos, del sufrimiento de los justos.
    Si no estuvimos ahí cuando Dios creaba la tierra, la respuesta es demasiado compleja para que la podamos entender.
    Una manera elegante de decir que mejor no nos ocupemos de eso y nos dediquemos a intentar ser bjustos sin necesidad de esperar una retribución inmediata...
    Saludos,
    r.

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    1. El rabino Harold Kushner escribió hace unos años atrás que cuando pensamos a Ds hay siempre un "trilema." Esto es: de los siguientes tres postulados hay que elegir dos, ya que los tres al mismo tiempo resultan incompatibles: (a) Ds es todopoderoso; (b) Ds es bueno; (c) El mal es real.
      Teólogos tradicionales supieron poner en duda el tercer punto, sosteniendo que lo que suele pasar es que aquello que entendemos como mal es en realidad bueno, pero nuestro intelecto es demasiado limitado para dar cuenta de ello.
      Kushner, por su parte, elige poner en tela de juicio el primero de los puntos, reconociendo que Ds es bueno y que el mal es real, y concluyendo entonces que tal vez Ds no sea omnipotente.
      En fin, son solamente algunos pensamientos para seguir abriendo el debate.
      Saludos!

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  3. El sufrimiento nos ayuda a aprender y a madurar.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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